Es esencial que el propietario del caballo sepa cuándo su caballo está bien; pero más importante aún es que sepa detectar cuándo hay algún problema. Su temperatura, ritmo cardiaco y respiratorio, y otros indicadores de salud pueden ser evaluados rápidamente por el propietario a la hora de sopesar si llamar al veterinario.
Por supuesto, es necesario realizarlo habitualmente para adquirir un entrenamiento y detectar los cambios. De éste modo, puede realizarse una llamada temprana al veterinario, que suponga un menor tiempo de malestar para el caballo, evitar la posible evolución a peor del cuadro clínico y, en ocasiones, también puede suponer un menor desembolso económico, cosa a valorar en estos tiempos que corren… ya que, de esperar, podría pasar a tratarse de una situación de urgencia, con tratamientos más específicos y costosos y, lo dicho, con un mayor tiempo de malestar de nuestros animales.
Los puntos a tener en cuenta cuando vemos a los caballos son:
Buen estado de hidratación. Puede comprobarse tomando un pellizco en el cuello y viendo el tiempo que el pliegue tarda en volver a su posición. En caballos sanos, tarda apenas un segundo
Condición corporal. Evaluarlo mediante observación y palpación de las costillas, espaldas, cruz, lomo, base de la cola y cuello
Diarrea crónica
Estado de alerta
Buen aspecto del pelo, sin zonas depiladas, heridas o inflamaciones
Ojos claros y brillantes, con pestañas perpendiculares a la superficie corneal y sin ningún tipo de descarga
Ollares libres de descarga o con una leve secreción clara
Mucosas húmedas y rosadas
Tiempo de rellenado capilar inferior a dos segundos
28-44 latidos por minuto
10-24 respiraciones por minuto
Temperatura corporal: 37.2-38.30 ºC
Borborigmos (ruidos intestinales constantes)
Heces. Un caballo sano produce heces con forma de bola con ningún o pocos granos de concentrado y en las que puede percibirse el forraje machacado, aunque sin llegar a apreciarse un tallo completo
Integridad de los tendones y articulaciones. Sin zonas abultadas, calientes o dolorosas
Integridad de los cascos
Ausencia de pulso digital
De manera ideal, esto y, sobre todo, lo referente al aparato locomotor, debería evaluarse antes y después del ejercicio físico o salida al paddock.
Puede haber desviaciones de la normalidad en caballos nerviosos y, especialmente, en potros neonatos, que presentan varias diferencias respecto a los adultos:
• Temperatura corporal superior. 37.5-38.90 ºC
• 80-100 latidos por minuto
• 20-40 respiraciones por minuto
• Pestañas ligeramente inclinadas ventralmente respecto a la cornea
(34) 699 559 386 – MARÍA
