El resultado de dicho fragmento es la irritación de la articulación, que se traduce en efusión sinovial (con la consiguiente alteración estética) y, en el peor de los casos, la aparición de dolor y cojera. La alteración ósea puede detectarse en los primeros meses de vida, pero los signos clínicos pueden no hacerse manifiestos hasta que se inicia el entrenamiento del caballo.
Las articulaciones más frecuentemente afectadas son menudillos, corvejones y babillas; y puede afectar a una o varias articulaciones en un mismo animal. En menor medida, se afecta el encuentro. Carpos, codos, caderas y vértebras cervicales se ven escasamente afectados.
Se trata de un proceso multifactorial; es decir, hay diversas causas que favorecen su aparición, como son: genética, crecimiento rápido, desequilibrios nutricionales, sobrecargas en el cartílago (traumatismos, ejercicio excesivo, defectos de aplomos), déficit de ejercicio o causas metabólicas.
El diagnóstico definitivo de esta patología se realiza mediante un examen físico y de cojera, y la radiografía. Así mismo, aunque con menor frecuencia, pueden utilizarse la ecografía y la artroscopia.
La osteocondrosis puede prevenirse mediante:
• Control de reproductores
• Control del ejercicio
• Control de la dieta del potro y la yegua. No dar dietas excesivas en energía ni con desequilibrios en la relación calcio-fósforo, zinc o cobre
• Administración de sustancias condroprotectoras
El tratamiento puede enfocarse de dos maneras.
• Conservadora. En el caso de lesiones pequeñas y que producen nula o poca clínica.
• Quirúrgica. Si la lesión provoca clínica en el caballo o para evitar daños posteriores. Con esto, me gustaría decir que si, en un examen precompra, nos econtramos frente a un caballo que ha sido operado de osteocondrosis y no presenta secuelas en la articulación (no hay signos de osteoartritis/osteoartrosis)… ¡ES UNA BUENA NOTICIA! Se detectó a tiempo su enfermedad y se eliminó antes de que provocara más daño. No es motivo para rechazar a ese caballo para el deporte, aunque sí se le excluye como reproductor.
La osteocondrosis es uno de los procesos más perseguidos en el examen compra-venta de un caballo, tanto si se va a destinar a fines reproductivos (por su posible transmisión a la descendencia), como a fines deportivos (ya que es necesario conocer su existencia para subsanar el defecto lo antes posible y así no limitar la vida deportiva del caballo)